viernes, 19 de noviembre de 2010

La Ciudadanía Humana, Parte II, página 46


PARTE II

LA CIMENTACIÓN 
A LA ASOCIACIÓN DE LOS HUMANOS LIBRES
 
       Descubrir o facilitar una maquinaria asociativa para generar la mentalidad colectiva e inteligente de la Humanidad Libre debe ser un objetivo de la ciencia. Y los individuos de la sociedad formada por el conjunto de todas las sociedades democráticas humanas tienen una necesidad técnica: necesitan una asociación inteligente. Desde la generalidad de las libertades democráticas del mundo, y cubriendo todos los campos y áreas de la ciencia, se puede contribuir a la cimentación de la Ciudadanía Humana o del abrazo inteligente del humno libre con la Humanidad libre. Necesitamos sotener a una asociaión mundial que dé cabida a todas las mentes que son democráticas, a todos los hombres y mujeres de la Humanidad que se consideren democráticos, para votar como Humanidad y ofrcer referencia evolutiva a todos los individuos humanos.
 
Aclarado dónde vamos o queremos construir (en la actualidad mundial de las libertades democráticas, siglo XXI) la siguiente cuestión lógica sería qué queremos o cómo vamos a construir. Y aunque a estas alturas de la lectura ya casi lo sabemos, queremos construir como un nuevo "edificio" ciudadano para la Humanidad Libre, que sea continuidad histórica o evolución lógica de las ciudadanías democráticas. Si existe un estado mental óptimo para la mente colectiva huamana: requiere establecer un estado material o asociativo por el camino de la razón democrática. Si a través de la evolución de los cerebros, con los homíninos, se han conseguido mentes individuales y libres, ahora aparece un camino a la inversa: desde estas mentes individuales a la mente colectiva humana, cuerda y libre. Y necesita una base material o asociativa para órganos inteligentes.

De la antigua ciudadanía griega (considerada sobre todo como política) y de la antigua ciudadanía romana (estudiada más como jurídica) se pasó a una refundación de la ciudadanía en el último cuarto del siglo XVIII. Primero con derechos civiles emergidos de la Revolución Inglesa y después engrandecido con los derechos políticos de las Revoluciones Estadounidense y Francesa. Donde aparecieron nuevos tipos de democracias bajo el patrón común de la representación legítima, formando Cámaras Legislativas y Administraciones Ejecutivas, era y es la Democracia Representativa como modelo de los nuevos Estados. Desgraciadamente no todos los Estados fueron ni son democráticos. Aún así la ciudadanía continuó evolucionando y en pleno siglo XX se llegó a la ciudadanía con derechos sociales y culturales. Además el aspecto político de la ciudadanía dejó de marcar sólo a la nación y se abrió a los municipios y comunidades autonómicas. Prácticamente todas las naciones democráticas están bastante descentralizadas con ciudadanía interiores y sus respectivas administraciones públicas.
 
Ahora y aquí observamos o añadimos una teoría sobre una nueva ciudadanía "exterior" pero sin administración pública, que podríamos llamar una "ciudadanía de los derechos humanos". Así podría interpretarse la CH, fundamentada en la Carta Internacional de los Derechos Humanos y caracterizada principalmente por carecer de voto vinculante a poderes públicos. Este planteamiento es tan nuevo que todavía no está en los debates académicos y actuales sobre la ciudadanía de una manera clara y contundente. Aunque hay obras muy interesantes sobre la próxima evolución ciudadana y cívica en autores como Adela Cortina, Angela Grunsel, Martha Nussbaum, Hopkins, Walzer, Barber, Thiebaut, Held, Falk, Kymlicka, De Lucas, Gozálvez y muchos más, como Marshall, considerado el padre contemporáneo de la evolución ciudadana.

Mientras la mayoría de los pensamientos académicos trabajan por modificar las ciudadanías oficiales, sobre todo la soberana, con muy buena intención de adaptarlas mejor a los modernos tiempos que vivimos, chocan una y otra vez contra el muro de la utopía, porque necesitan el poder, o convencer a los que tienen los poderes políticos del mundo (muy o demasiado divididos). Por ello la fuerza de la ciudadanía humana radica precisamente en que "se ahorra" los poderes políticos y oficiales del mundo. Para este nuevo tipo de democracia mundial no los necesitamos, porque no se busca la gobernanza del mundo, sino su sentido común, alojado en su opinión pública, para abrir cordura en la personalidad de la Humanidad Libre.
 
Y esto no es un contrasentido de la dirección académica en la evolución ciudadana, porque ¿puede existir un poder político mejor asesorado que aquel dispuesto a atender lo que dicen y opinan las mayorías y minorías de los humanos libres?. ¿Acaso no es un excelente camino evolutivo para la sociología descubrir y después exponer cómo un Pueblo puede formar y formular su personalidad colectiva (por métodos democráticos, obviamente, y por motivación propia)?. En definitiva todo colectivo puede generar una opinión pública por iniciativa propia (sin que medien periodistas o sociólogos, aunque siempre invitados a ser espectadores o recolectores de datos) para ser consultada periódicamente. Ya tenemos conocimiento democrático suficiente. Además resultarían unos datos colectivos (escrutinios publicados) muy difíciles de manipular o de engañar.
 
Es fácil comprobar lo siguiente. Una encuesta o sondeo de opinión pagada por "XX" y publicada por el periódico "X" puede decirnos que el candidato A del Partido A sobrepasa en tres puntos de intención de voto al candidato B del Partido B. Pero esse mismo día o al siguiente, otra encuesta de opinión pública pagada por "YY" y publicada por el periódico "Y", puede decirnos que el candidato B sobrepasa en un punto de intención de voto al candidato A. Lo mismo puede ocurrir con las opiniones que están a favor o en contra del aborto. ¿Por qué nos conformamos con los sucedáneos o copias del original si podemos obtener el original de la opinión pública, nosotros los ciudadanos?. Además somos adultos, presuntamente inteligentes, libres, humanos, y acostumbrados a votar. Votar como humanos es lógico, más todavía si votamos como socios humanos (ya que implicaría intereses comunes entre todos los humanos), si además votamos como ciudadanos humanos estaremos en un nivel de civilización mayor al actual y muy recomendable para los tiempos actuales.
 
Podemos ser una asociación mundial de humanos libres basada en la conciencia cívica, hacia una identidad colectiva formada por escrutinios de múltiples votos (concentrados en cuaderno de votos). Procurando recuentos o resultados democráticos que aspiren a ser la voz de la conciencia colectiva de la Humanidad. Voz que se ofrecerá como referencia universal de la opinión pública humana a las naciones democráticas, sus poderes políticos y a todos aquellos individuos o colectivos que lo precisen o de ello se beneficien. La CH puede ser el "oráculo" democrático (subrayando las comillas) del mundo libre y sus escrutinios publicados podrían ser una poderosa referencia no sólo del individuo humano, también de los países democráticos a la hora de desarrollar sus criterios políticos en el mundo.

Las últimas décadas de la Historia muestran un poderoso puente entre este siglo y el anterior: la Mundialización o Globalización, muchas veces negativa y produciendo heridas en la dignidad de muchos individuos y sus conciencias humanas. Pero favoreciendo a que la Humanidad comience no sólo a mirarse a si misma, también intenta tratarse y curarse como una sociedad de sociedades, buscando nuestro conocimiento general o mundial, incluso y a pesar de los límites contradictorios (las sociedades democráticas y las no democráticas, por ejemplo). Porque no podemos seguir hipotecando el futuro humano. Como la "hipoteca" más grave que ha "firmado" nuestra ignorancia general, el inevitable Calentamiento Climático, que nos llevará siglos terminar de "pagar".

Queda mucho que descubrir al respecto, sobre todo al observar zonas del mundo con sociedades sustancialmente diferentes unas de otras. El medio financiero y el ambiental (economía insuficiente y contaminación ecológica) van enmarcando a todos los humanos en una misma sociedad o con los mismos problemas graves tan amenazantes para una misma vida planetaria. La falta de políticas solidarias o eficientes ante la degradación de los recursos naturales favorecen pocas salidas éticas y colectivas donde, para muchos, supone una "rendición" ante el imperio del egoísmo individualista en detrimento de nuestra generalidad. Como dice una antigua frase en latín: "omnes volumus plus, et plus, et plus et plurimus", (todos queremos más y más, y más y mucho más); es la insaciabilidad humana, radicada en el individualismo como respuesta ilógica ante la impotencia colectiva.
 
La impotencia colectiva de la Humanidad o de los humanos libres llega a ser desesperante, incluso amenazante, porque más peligroso que las amenazas que se ciernen sobre la vida humana es la incapacidad de ésta para responder o combatirlas adecuadamente. Ello justifica más que sobradamente un movimiento mundial hacia la ciudadanía humana, necesitamos la ayuda académica de sociólogos, politólogos, economistas y científicos afines, pero no como suele ocurrir donde los trabajos de éstos no acostumbran a llegar al ciudadano "de a pie". Necesitamos que el individuo mire y pregunte a la Humanidad y ésta responda, disciplina por disciplina y generalmente.
 

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