viernes, 19 de noviembre de 2010

La Ciudadanía Humana, Parte II, página 54

       Diversas conciencias colectivas en el humano libre

Nuestra Especie está formada por muchos pueblos, idiomas, naciones, ciencias, religiones y otros factores donde se encuentra fundamentalmente un pasado común, un presente común y un futuro común entre las diversas agrupaciones presentes y futuras: debemos sobrevivir como especie y además salvar toda la vida que podamos de la Naturaleza. Todas las comunidades democráticas y todas las ciudadanías contenidas en un mismo individuo pueden ser sumadas o completadas por una correcta, cuerda y democrática Ciudadanía Humana.
 
Podemos decir que primero surge la ciudadanía política y después se hace general o con los dos géneros humanos incluidos, hombres y mujeres. También la generalidad sirve para acotar a las determinadas colectividades ciudadanas y así puedan estar entrelazadas sin mezclarse o confundirse en una misma mente: es la Espiral Civilizada o Ciudadana. Para ello en este discurso "ciudadanía general" no significa o no señala a la ciudadanía soberana, ciudadanía general es aquella que posee un nombre único y general, sea o no soberano. Se reconoce como "general" también a la municipal o transnacional. Podríamos decir, por ejemplo, "la ciudadanía general del municipio de Madrid", o "la ciudadanía general europea" y ambas frases serían cuerdas y lógicas. Siendo así, ¿cuántas ciudadanías generales existen en los individuos libres?. Veamos un trazado de estos pasos, niveles, curvas de la espiral o estadios ciudadanos unidos e interactuando colectivamente en el individuo:
 
Ciudadanía Municipal (existen cientos de miles en el mundo).
Ciudadanía Provincial (existen muchos miles).
Ciudadanía Autonómica o similares (existen miles también).
Ciudadanía Soberana (haya cientos de ellas en el mundo).
Ciudadanía Transnacional (al menos existe una y potencialmente varias).
Ciudadanía Humana (una).
(Las tres primeras y la quinta son con poderes públicos pero no soberanos. Las cinco primeras resultan sin personalidades colectivas. Y la CH es o sería sin poder público y político, pero con personalidad colectiva posible.)

En un mismo individuo cabe una ciudadanía de cada tipo; "un humano adulto, un ciudadano; un ciudadano, muchas ciudadanías". Entre todas sólo una nos cubre o puede cubrir a todos los humanos, la Ciudadanía Humana. Existen cientos de miles de ciudadanías generales municipales en el mundo, pero todo ser humano sólo puede tener una. Igual ocurre con el resto de las ciudadanías, pero cuando llegamos a la Ciudadanía Humana sólo existe o sólo puede existir una en el mundo, y todo ser humano tiene derecho a ella. Si se quiere es como una ciudadanía biológica, porque aunque en la práctica sólo puede cubrir a los humanos libres y no a los humanos que son súbditos de dictadores, no cabe duda que todos los humanos tienen derecho a ella; sería la ciudadanía vinculada a los genes de la especie. Además la generalidad debe incluir el cumplimiento de todos los derechos recogidos por la Carta Internacional de los Derechos Humanos.
 
Por otro lado toda "ciudadanía general" lleva implícito el término "democrática", que señala un sistema de votaciones donde todos los ciudadanos son iguales ante los votos y sus escrutinios. Así el valor fundamental de la ciudadanía general democrática no recae en ninguna de sus tres palabras, sino en la unión de las tres que se produce plenamente en el siglo XX y, desgraciadamente, no en todas las naciones humanas. En este siglo XXI la evolución ciudadana y sus libertades fundamentales tienen dos pasos pendientes que destacan sobre el resto: cubrir a todos los pueblos humanos y establecer, al menos sin carácter vinculante a poderes públicos, una ciudadanía general donde no existan los "extranjeros" o extraños.
 
Rousseau, entre sus muchos trabajos, soñó que el Pueblo (o la ciudadanía general) podía ejercer directamente la política, sin distinción entre la sociedad civil y la sociedad política, como ejemplo de una soberanía popular absoluta, sin separación entre los poderes ejecutivo y legislativo. Reconoció que este sueño era sólo posible en pequeñas comunidades o entre mayores comunidades parecidas a los Estados, siempre y cuando sus habitantes o ciudadanos fueran tan buenos como "ángeles". Efectivamente parece imposible, al menos que respondamos a: ¿y si retiramos el carácter vinculante de la política, nos desarmamos y, pacíficos, nos quedamos sólo con la política no vinculante, donde se hallan las opiniones y los conocimientos ciudadanos?, ¿qué resultaría si a esta concepción rousseauniana aplicamos estos nuevos mecanismos democráticos y adecuados?. Pues resultaría, lógicamente, una nueva ciudadanía sin ataduras políticas, cubriendo a la HL. Y hay caminos lógicos para procesos concretos de la función ciudadana de la humanidad democrática.
 
Para el pensador Walzer: "la ausencia de un estado mundial, hace imposible la idea de una ciudadanía universal", pero es porque entiende a la ciudadanía sólo con capacidad de participar en la comunidad política vinculante a la autoridad pública, no cubre o no piensa en la que renuncia a su voluntad política y, con otras facetas de su personalidad cívica, también puede ser muy útil a la generalidad humana. Reflexiones y motivos más que suficientes para que aquí vislumbremos metodológicamente vías participativas de votos ciudadanos sobre urnas humanas sin que exista o sin que se pretenda un Estado Mundial. Rousseau decía que la razón no era la única raíz del conocimiento, que también emanaba de las sensaciones y de los sentimientos. Conocimientos formados por sentidos y sensaciones agradables como las que podemos experimentar los humanos al imaginar que nos despojamos de los poderes del Estado por unos momentos (o lo dejamos un momento en nuestra otra ciudadanía soberana) y sentimos que nuestro individualismo posesivo disminuye al no ser requerida la fuerza, ni siquiera como defensa (que queda en nuestra otra ciudadanía soberana), pudiendo percibir que absorbemos la solidaridad humana de forma natural o "automática". Somos o podemos ser los humanos pacíficos, legales, democráticos e inteligentes, sólo nos falta votar como tales.
 
El ejercicio de conciencia ciudadana puede ser anterior o posterior al establecimiento de voto por la ciudadanía general legal. Precisamente las ciudadanías generales o comunidades legítimas nacieron en la conciencia de sus fundadores. Para la conciencia y el posterior derecho de ejercicio es necesaria la información, pero si la ciudadanía puede o pudiese educarse sería recomendable una educación popular dirigida hacia el concepto más civilizado del individuo humano, la Humanidad civilizada. Dicha "educación popular" puede entenderse como la definida por Oscar Jara en el Diccionario de Educación para el Desarrollo, de Hegoa:
 "La Educación Popular se sustenta en principios ético-políticos que apuestan a la construcción de relaciones humanas equitativas y justas en los distintos ámbitos de la vida. Se sustenta también en una pedagogía crítica y creadora, que busca el desarrollo pleno de las capacidades cognitivas, sicomotoras, comunicativas y emocionales en las personas. En ese sentido, lo "popular" hace referencia a procesos de TRANSFORMACIÓN SOCIAL y personal que buscan superar las relaciones de dominación, de opresión, de discriminación, de explotación, de inequidad y de EXCLUSIÓN. Visto positivamente, hace referencia a procesos que buscan construir relaciones equitativas, justas, respetuosas de la diversidad y de la igualdad de derechos entre las personas. En esta concepción confluyen diversos aportes teóricos y está sustentada en una filosofía de la praxis educativa entendida como proceso político/pedagógico centrado en el ser humano como sujeto histórico transformador que se construye socialmente en las relaciones con los otros seres humanos y con el mundo."
 
El ser humano como sujeto histórico transformador que se construye socialmente en las relaciones con los otros seres humanos y con el mundo... Riqueza educativa donde es posible descubrir democráticamente a la comunidad planetaria de las personas libres y otorgarle voz mundial. De esta manera, basándonos en la Carta IDH y en el principio de interdependencia y autonomías de varias ciudadanías en un mismo individuo civilizado, y despojándonos del sector vinculante, utilizando nuestros dos métodos deliberativos y participativos de las opiniones y conocimientos, la CH puede fundarse y expresarse.
 
Transmitir información al respecto sirve para comprender que el fundamento de la CH son sus ciudadanos, no sus élites si las hubiera o hubiese. El nombramiento de ciudadano/a humano/a puede efectuarlo el conocimiento o el auto/conocimiento (información o educación, académica o auto didacta), con información transmitida por esta convocatoria por cualquier otro medio. Tener conciencia de la Ciudadanía Humana, o no tenerla, puede ser o será importante, pues de la posible asociación de quienes la tenemos o somos depende en gran medida el presente y futuro del mundo democrático por vía legal y pacífica. Si algún principio ético o de conciencia debiéramos tener como ciudadanos humanos, éste es suficiente, pero todo se puede enriquecer. Invitemos a los académicos y a los estudiantes, a los arquitectos y a los albañiles, a los jóvenes y a los ancianos a pensar en la ciudadanía humana o en lo que representa.
 
Informar sobre este nuevo derecho ciudadano o tener conciencia sobre ello no asegura su ejercicio, pues el ejercicio de dicha ciudadanía (o de cualquiera otra democrática) sólo puede obtenerse a través del voto, en este caso el voto mundial democrático ("ius sufragili mundus", en latín). Más claramente, no existe ningún ciudadano en ejercicio de voto humano, las urnas planetarias aún no han sido colocadas. No existe la CH en ejercicio de voto, pero puede existir de conciencia, paso previo para su nacimiento

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