viernes, 19 de noviembre de 2010

La Ciudadanía Humana, Parte II, página 48

       Individuo humano y Humanidad

Necesitamos equilibrarnos y mostrar claramente que nuestro ego no sólo es individual. Nuestro ego también es colectivo y en nuestro "yo" hay partes de muchas colectividades. Los egos colectivos existen y en ellos estamos inmersos. Donde con peso indiscutible, en todo individuo, destaca nuestra generalidad humana y, por lo tanto, nuestra importante potencialidad inteligente como colectivo humano. El mismo colectivo que lleva soportando atrocidades desde tiempos inmemoriales (la otra cara de la Historia, desde los humanos más desprotegidos, esclavos, siervos o vasallos). Es tiempo para la diferencia eficaz entre los humanos y destacarnos los que podemos conceptuar con razón democrática a la generalidad humana y dar "un paso al frente". Una ciudadanía que busque la utilización de los derechos humanos para asumir sus responsabilidades humanas (en este caso los derechos necesitados más como medios que buscados como fines).

Como afirma Alejandra Boni en su apartado tercero (Nuevos espacios para el ejercicio de la ciudadanía) del diccionario Hegoa: "El estado ha sido el tradicional espacio para el ejercicio de la ciudadanía. Sin embargo, en el contexto actual de lo global-local y debido a la creciente CONCIENCIA de muchos ciudadanos de pertenencia a distintos grupos dentro y fuera del estado, existe una necesidad creciente de conceptualizar la ciudadanía en los distintos niveles en los cuales los ciudadanos realizan sus vidas (Jones y Gaventa, 2002). Bajo esta concepción, el espacio estatal no es más que uno de los lugares en los cuales se puede ejercitar la ciudadanía y, junto a éste, podemos pensar en la arena global, la gobernanza local y el espacio privado". Estas palabras lo dejan muy claro, la ciudadanía sin voluntad política y al margen del Estado es posible, sobre todo entre grupos de individuos no formalizados todavía, como el colectivo de los humanos libres.
 
Ahora, incluso más que en 1761, son válidas las palabras de Rousseau: "Por tanto, se requiere una coincidencia de sensatez en tantas cabezas y una correlación de tantos intereses que apenas se puede esperar del azar la reunión casual de todas las circunstancias necesarias". Si el azar no puede o no viene y las circunstancias de terceros no nos favorecen, convoquemos reunión para nuestras propias circunstancias mundiales y que una nueva sensatez ciudadana socorre al mundo. Podemos evolucionar la sociedad general humana, añadiendo mejor civilización a nosotros mismos. No tenemos referencia histórica y aún así, sin experiencia, podemos buscar el voto humano, porque tampoco existe experiencia en el tipo de sociedad globalizada que se nos viene encima.
 
Ante todos estos males mundiales muchos tenemos que recurrir para ser feliz, al menos individualmente o con la familia y los amigos, a "lavarnos las manos" un poco ante los males de la Humanidad. Aceptando y conformando que sólo podemos colaborar donando algo de dinero o apadrinando a niños con hambre (triste "moda" de las últimas décadas, pero que salva vidas), o acudiendo a manifestaciones, pero siempre con la sombra desgarradora de que el Hambre colectiva sigue y seguirá matando, por mucho trabajo en contra seguirá existiendo una pesada losa de amarga impotencia. En cambio, a algunas mentes individuales, muchas o pocas, les da igual, ni siquiera llegan a "lavarse las manos", creen y aceptan que para vivir bien unos deben malvivir otros.
 
Quizás las religiones tengan respuesta con otros mundos del más allá, a los que se suele acceder individualmente, no colectivamente, y aunque los "juicios" sean a todos, son individuales o uno a uno. Este discurso ciudadano no utiliza ánimo metafísico y para "cimentar" no se preguntará qué es la Vida, mejor dicho, no lo responderá. Aquí la vida, especialmente la humana, no es algo observado desde el exterior, no es un actor ajeno, no es pensar en un tercero, sino pensar en primera persona del plural: ¿qué somos como Vida, qué sentimos, qué queremos, cómo somos?. Por lo tanto, más que "metá" ("más allá", en griego antiguo) de la física o de la "physis" (naturaleza), es "dentro de la Naturaleza", "physis" como "pshué" (alma o actividad mental de la Naturaleza), en libertad y ante el libre albedrío que sentimos ahora desde la Tierra. Los humanos somos la mente/alma más evolucionada de la vida planetaria y como tales podemos mostrar ya una personalidad colectiva consecuente con el panorama mundial de la racionalización pública.
 
Por otro lado y en la valoración de la personalidad de un individuo dos aspectos son fundamentales, el conocimiento que posee dicho individuo y el ánimo que lo mueve. De igual modo todo colectivo, en este caso el formado por los humanos libres, razonada y democráticamente, puede expresar su conocimiento y ánimo para así conocerse a sí mismo. Porque conociéndose a sí mismo el colectivo podrá obrar de acuerdo a las verdaderas intenciones de su ánimo, aunque sean las mayoritarias entre las minoritarias, por lo que deberá resultar un equilibrio sociable de las mayorías con los derechos individuales y de las minorías. Dos diferencias a destacar entre la personalidad individual y la personalidad colectiva, la primera puede reaccionar en un segundo de tiempo, la segunda necesitaría mucho más tiempo y, dependiendo del número de individuos del colectivo en cuestión, a mayor número de individuos: mayor tiempo necesitado para reacción lógica. Además el individuo puede expresar sus opiniones sin la más mínima duda (sin aspecto minoritario), el colectivo no; a partir de un número considerable siempre expresará minorías en toda consulta democrática, salvo excepción.

Son muchas las preguntas importantes necesitadas para conocer a una personalidad individual, donde las preguntas políticas sólo son unas pocas. De igual modo son muchas las preguntas para despertar a la personalidad colectiva, muchas más que las políticas y vinculantes. Tantas preguntas y sus respuestas o votos pueden crear una sabia mezcla de muchas mayorías con muchas minorías, protegiendo así al conjunto de extender las peligrosas divisiones como en lo político. Nuestra "esquizofrenia colectiva" puede quedarse en lo político si somos capaces de diseñar unas normas democráticas para que circulen cómodamente las preguntas inteligentes o adecuadas, junto a sus respectivos escrutinios.

De tal manera que un mismo individuo o ciudadano humano estaría en mayorías y minorías al mismo tiempo, y si tiene un hermano participante pues coincidirá con él en algunas mayorías y en otras no, en algunas minorías y en potras no, resultando muy difícil separar o unir a los hermanos en una sola mayoría o en una sola minoría. Nuestra disciplina sociológica y ciencias afines tienen mucho que decir y enseñarnos los mejores testados o cuestionarios que votar para conseguir nuestro máximo auto conocimiento personal como humano, y colectivo como Humanidad.
 
Hallar en el humano al ciudadano para que la Humanidad sea también Ciudadanía. Construyendo nosotros mismos asociaciones locales que coloquen las mesas de votaciones y ofrezcan las urnas mundiales (Artículo 25 de los Estatutos propuestos por la Convocatoria). Pequeñas asociaciones formadas como "células madres" donde sepamos formar nuestra generalidad inteligente para que interactúe entre todos. Ciudadanía Humana es una respuesta al enigma de cómo vivir o sobrevivir digna y democráticamente como humanos civilizados que somos o pretendemos ser, emitiendo votos inteligentes de opinión y de los conocimientos mundiales. La Ciudadanía Humana no puede ser para toda la Humanidad, es una lástima, quizás en un futuro..., pero ahora puede ser para la Humanidad Libre que aparece como un concepto más virtual que real, pues ¿dónde están las fronteras de la Humanidad Libre?, ¿dónde su conciencia?.
 

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